La cantidad de plástico que llega al mar es diez veces menor de lo que se pensaba, pero no es una buena noticia
La buena noticia es que, según un nuevo estudio, unas 500.000 toneladas de plástico (más de diez veces menos que las estimaciones anteriores) llegan al mar cada año. La mala noticia es que este plástico dura más de lo que se creía, a veces décadas más. Una nueva investigación, publicada en la revista científica Nature Geoscience, estima que hay 3,4 millones de toneladas de plástico flotando en el océano, pero debe haber muchas más en el fondo del océano e ingeridas por animales marinos.
Una buena parte de los 8.300 millones de toneladas de plástico que la gente ha fabricado desde que aprendió a hacerlo ha acabado en el océano. Es difícil dar cifras exactas o incluso aproximadas sobre este problema. Sabemos casi al gramo cuántas toneladas de estos polímeros se producen al año: 461 millones en 2020. También sabemos la cantidad aproximada que se recicla. Pero la certeza termina ahí: no sabemos cuánto plástico termina quemándose en los vertederos o termina en los ríos y desde allí llega al océano.
Desde hace poco más de una década, entre ecologistas y científicos, varias organizaciones -entre ellas 5Gyres, Tara Ocean Foundation y Surfing for Science- han realizado expediciones y campañas en las que recogen el plástico que encuentran en sus viajes. Luego, en función del área y de lo que recolectaron, estiman la cantidad y masa de materiales plásticos.
Con el apoyo de un nuevo modelo matemático que utiliza 22.000 mediciones de costas, superficies y profundidades del mar, un grupo de científicos ha recalculado las cifras clave del flujo de plásticos. Según el autor principal del nuevo estudio, Mikael Kaandorp, del Instituto de Investigación Atmosférica y Marina de la Universidad de Utrecht en los Países Bajos, el objetivo de los investigadores era poner fin al misterio del plástico perdido. “A partir de estudios de 2014 y 2015, se pensaba que cada año llegan al océano entre 4.000 y 12.000 kilotones [un kilotón son 1.000 toneladas] de plástico, de los cuales solo unos 250 kilotones flotan”, afirma. "Eso significaría que una cantidad increíble de plástico desaparece cada año, por lo que creemos que nuestras nuevas cifras (500 kilotones de insumos y alrededor de 3.400 kilotones de plástico en el agua) tienen mucho más sentido", añade Kaandorp, que también es investigador en el IBG-3 Instituto de Bio y Geociencias en Jülich, Alemania.
Los nuevos cálculos detallan los orígenes de los plásticos marinos. Alrededor del 40% ingresa desde la costa. “Podemos pensar en residuos plásticos mal gestionados cerca de la costa, como vertederos con fugas. O tal vez sean desechos arrojados al mar por la lluvia en las ciudades costeras o arrastrados al océano por el viento”, detalla Kaandorp. Pero destaca la distribución del resto del plástico. Casi la mitad de los residuos derivados del petróleo proceden de la pesca, en su mayoría de redes de pesca. Y sólo el 12% vendría de los ríos.
En cuanto al plástico que flota en el mar, los investigadores estiman que debe haber entre 3 y 3,4 millones de toneladas en la superficie. La gran mayoría de este plástico es relativamente grande, de más de 25 milímetros de tamaño, y tiende a concentrarse en las llamadas islas de plástico, acumulaciones de basura que se forman por las corrientes marinas en los llamados giros oceánicos. La cifra de la nueva investigación es más del doble de las estimaciones de estudios anteriores, que la dejaban en un cuarto de millón. Los autores del artículo creen que el tamaño y la concentración del plástico hacen factible eliminar todo este material artificial del mar.
Pero la cantidad de plásticos en el fondo del océano debe ser mucho mayor. Según el nuevo estudio, casi la mitad del plástico acumulado de años anteriores acaba en el fondo marino, formando parte del sedimento a un ritmo de 220.000 toneladas al año. Remontándonos a la década de 1950, cuando comenzó la producción en masa, los investigadores calculan que debe haber 6,2 millones de toneladas de plástico en el fondo del océano que flotaron hacia el mar. Pero este tránsito entre la superficie y el fondo del mar sigue siendo la mayor incógnita. El problema es que no es fácil rastrear los plásticos (incluso si en el Ártico se han encontrado tapas de botellas de agua que todavía llevan el nombre del fabricante).
José María Alsina, del Laboratorio de Ingeniería Marítima de la Universidad Politécnica de Cataluña, pone el ejemplo de una botella de agua: “No es lo mismo cuando viene del río que cuando ha sido arrojada desde un barco. Es necesario tener en cuenta dónde termina, si en la costa [o] en los giros oceánicos, y si se hunde. También influyen la degradación por radiación solar y la erosión por arena. Y [luego] está el biofouling, la incrustación de microalgas en el plástico [que afecta a su flotabilidad]... Todo hace difícil saber dónde irá a parar esa botella de agua”.
Estudios anteriores han estimado que sólo alrededor del 3% del plástico del mar flota en la superficie. La gran mayoría de los plásticos estarían en el fondo. El problema, afirma Alsina, es que “más del 99% de las mediciones se han hecho en la superficie [utilizando] plástico flotante, apenas hay datos de las profundidades [del océano]”. El seguimiento de los plásticos en el fondo del océano requiere vehículos y tecnologías especiales que no son fácilmente accesibles. Por ejemplo, el nuevo estudio se apoya en más de 20.000 mediciones, pero sólo 120 proceden del fondo marino.
Otro factor también complica los cálculos: hay una enorme masa de agua, a miles de metros de profundidad, entre la superficie y el fondo, y nadie sabe cuánto plástico hay allí. En teoría, este material flota. Pero ese no es siempre el caso. Algunos de los plásticos modernos, como los envases de PVC y PET, pueden tener un peso mayor que el agua salada y hundirse lentamente. Un trabajo de revisión de investigaciones anteriores publicado el año pasado estimaba que había 170 millones de toneladas en el fondo del mar, intercaladas con el sedimento (el rango estimado está entre 25 y 900 toneladas, lo que indica la incertidumbre que existe).
Carlos Duarte, oceanógrafo de la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdullah de Arabia Saudita, dirigió ese trabajo sobre los plásticos en el fondo marino. Los investigadores concluyeron entonces que más del 95% de la masa de plásticos que ha entrado al océano está enterrada en el fondo marino, “lo que denota procesos de sedimentación muy eficientes, cuya naturaleza aún está por resolver y que este artículo no aclara”, comenta Duarte. , quien se muestra sorprendido por algunas de las cifras que obtuvieron. El estudio de Duarte también mencionó procesos de los que sabemos muy poco que hacen que algunos plásticos no floten ni se hundan; En su ciclo en el mar, pequeños trozos de plástico pueden hundirse bajo el peso de la biopelícula que se forma en su superficie. Pero a medida que se hunden, la cantidad de luz que reciben disminuye, lo que mataría a las algas. Además, estos materiales biológicos están formados principalmente por silicatos y carbonatos, que se disuelven en agua fría. Por lo tanto, podría haber una gran cantidad de plástico subiendo y bajando que no ha sido contabilizada.
El biólogo de la Universidad de Cádiz, Andrés Cózar, es un destacado experto en plásticos en el mar. Pionero en calcular la cantidad de este material en el océano, fue el primero en mencionar el misterio de la desaparición del plástico. Según Cózar, el problema del trabajo de Kaandorp es que “hay dos maneras de hacer que estos números cuadren. Una es haciendo que el tiempo de residencia de los plásticos en la superficie del océano sea muy corto, es decir, que el plástico que entra se retira rápidamente y se va a las costas y al fondo del océano. Ese enfoque ha sido común en estudios anteriores. La segunda forma de ajustar las cifras es que los aportes de los ríos son mucho menores que los estimados hasta ahora. Y eso es lo que ha hecho este nuevo estudio. Matemáticamente, ambas opciones son válidas”.
Según Cózar, el mismo problema persiste: “Aún no tenemos cálculos de la carga plástica de la superficie ni de los aportes de los ríos que sean lo suficientemente precisos para elegir una opción u otra. En otras palabras, el rango de incertidumbre es tan amplio que permite ambos ajustes matemáticos”. Pero si los últimos cálculos del trabajo de Kaandorp son válidos, eso implica que “ubican indirectamente grandes cantidades de plástico tierra adentro”, explica Cózar.
La cantidad de plástico nuevo que llega al mar podría ser mucho menor de lo que se creía, pero según los cálculos del grupo Kaandorp crece a un ritmo del 4% anual. Si no se hace nada para reducirlo o eliminarlo, el plástico que flota en el mar se duplicará en dos décadas. Si las cifras de los investigadores son correctas, los plásticos permanecerán como macroplásticos, microplásticos y plásticos simples en la superficie, en las costas, en el fondo marino y en las profundidades medias del océano durante los próximos años.
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